Nuestras miradas se encontraron y ya no dejaron de buscarse.
Uno encontró el refugio al mar de dudas y de juicios.
El otro encontró la luz que más iluminaba su alma.
Su amor nacía del silencio omnímodo
Y su sexo era cartografía de un nuevo mundo tan conocido
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs difícil dejar de buscarte.Iluminas muy bien
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