AMY



Cuando mides el tiempo en canciones vives esperando lo que vendrá.

Mirar por la ventana y pensar si el conductor del carril de al lado se dará cuenta de lo que está pasando. Si sospechará lo que está ocurriendo, si tu cara no es tan impávida como tu crees.
Subir el volumen de “I want to love” ( years & years), como si el sonido se hubiera convertido en una luz que puedes apagar para proteger tu intimidad.
Pero sus dedos siguen tocando mi sexo y yo separo aún más las piernas y participo retirando un poco más el elástico de mis braguitas.

-Más, no pares, sigue ahí. Y un grito sordo se escapa de mi control.

No me lleva a casa y justo se para en una calle sin luz de una ciudad que intenta dormir a pesar de un calor sofocante.
Desde la noche en que lo conocí supe que no era uno más, que esa forma de tocar, de mirar era resistente al olvido. Su cara estaba hecha de melancolía y de verdad. Por sus poros solo sudaba un hombre, nada más salía de esa piel de frío acero. Sabía que estaba en la obligación de olvidarle y él, en no dejarse. 
Vio cómo dejé morir a esa chica unos meses atrás y fue él único que se guardó su juicio en el bolsillo. 

-Mira, la vida sigue a pesar del dolor y la indolencia de la gente, la vida sigue incluso a pesar de uno mismo. Así que vive y haz que pasen cosas y el dolor se irá, se aburrirá de esperar a que te hundas. No te lo permitiré.

En el último intento de dejarlo me di cuenta que nada de lo que me decía tenía consecuencias.  Hablar era una demostración de engreimiento de los dos. Cuando no hay nada que estés dispuesto a cambiar se convierte en una relación entre “nadies”. 
Fuera del coche me llevó a la parte trasera. Con mis manos apoyadas en el maletero y la espalda ligeramente inclinada, levantó la falda y me clavó la polla hasta arrancarme cualquier pensamiento que pudirera tener. A fuerza de embestidas me volvía más guarra. Me agarraba del pelo al compás de unas caderas de fuego.

Cuando mi orgasmo me dejó sin aliento tuve la presencia de esa enorme polla delante de mi. Fue ponerla en la boca y sentir como disfrutaba en una sensación de goce indescriptible. Su forma de gozar era un misterio. El hombre de acero era poseído  por unos segundos por sacudidas eléctricas, impropias de un hombre aprisionado. 
De rodillas esperando no manchar la ropa era la imagen de la dominación absoluta, sin disidencias ni fisuras ni reparos ni objeciones. 

Las personas que aman lo son también por el gozo de ver como disfruta su amor, su amante.

2 comentarios:

  1. Sigue escribiendo.....este es mejor

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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