Deseos Colección




Desde que entró en el autobús, no pude dejar de mirarla .  Nunca sabes cual va ser el  desencadenante. Los ojos, la boca, las caderas, los pechos..En cualquier caso, sabes que es la belleza lo que hará que la mires de forma obstinada, desobedeciendo esa voz interior que se rige por las normas de la represión.

La seguí, aunque a mi me parecía que era ella la que me estiraba con la cuerda de su mirada. Cada paso más rápido,  a cada uno más cerca.
Toda la información en apenas tres segundos. Se giró, me miró, evaluó  y sentenció.

Entramos en el portal de "Ábrete Sésamo", con apenas unos metros de distancia. Al llegar al ascensor las opciones de evasión se esfumaban. Con doble puerta de madera  y moldura modernista y sus rejas de falda escocesa, con su portería sin portero que espiara.
Una mirada rápida para una decisión animal….

La sentencia era clara. Ella fue hallada culpable de belleza, él, de deseo.

Nota: se recomienda leer escuchando “ El sitio de mi recreo”

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