Pensar en el tiempo nos abrevia




No se define el tiempo.
Él nos define y finaliza a su antojo,
carece de previsión, simplemente actúa en tiempo presente.
Nos abandona y nos abrevia
Es una guerra perdida,
Aceptarla es felicidad
Renegar es tragedia
Nos queda la intensidad, la de ganar la batalla de la noche y el día.
Como todas las batallas, ganadas o perdidas, deja cicatrices en los surcos de tu piel
Pocas veces me sentí vencedor por vivir intensamente sin someterme a las agujas de reloj
ni al calendario
El premio, la conquista: el antiarrugas de la felicidad