El destino es una mentira

"El pequeño Peebody siempre confiaba en el destino, como si éste fuerea un cómodo medio de transporte con el que deslizarse por el devenir temporal.Esta postura era en realidad el mejor modo dejustificar su cobardía ante la toma de decisiones. Tal y como constantemente afirmaba, era precisamente por esa razón por la cual su alimentación se constituía exclusivamente de grasas polisaturadas e infusiones de quinácea y , lo más importante, su día libre de la semana era el martes. Cuando el execrable Mathew le inquirió por larealción de estas costumbres con su inquebrantable fe en el destino,el pequeño Peedbody palideció incapaz de encontrar una explicación,salió corriendo y se compró un colchon de látex natura de Lo Monaco,consiguiendo una renovada paz interior. Pero esta vez nadie preguntó.Por suerte para nuestro pequeño Peedbody